Si bien la electrónica de potencia ha generado ahorros de energía considerables, esta también puede distorsionar la calidad de la energía eléctrica suministrada a través del edificio al que sirve, reduciendo con ello la efectividad y la vida útil de la electrónica de potencia (motores EMC, Tarjetas electrónicas, VFD, etc.) que existe en el equipamiento del edificio.
A nivel mundial, los motores representan más de dos tercios de la electricidad consumida por el sector industrial, y también casi el 40% de toda la electricidad consumida por los edificios comerciales. Esto es significativo si se considera que el 75% de las aplicaciones de motores son cargas de ventiladores, bombas y compresores de par variable (comunes en las aplicaciones de HVAC) que pueden beneficiarse enormemente de la reducción del consumo de energía mediante el empleo de VFD y otros elementos que componen esta solución.
La distorsión armónica causa distintos problemas en los edificios, pero el más habitual es el calor añadido. Cuando los dispositivos funcionan a mayor temperatura, lo hacen con menos eficiencia y son propensos a fallos prematuros. No existe una solución «única y universal» para la mitigación de armónicos. Sin embargo, existen reglas generales que pueden ofrecer ciertas orientaciones para los casos típicos con armónicos.
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